El proyecto Escuela 2.0 que prepara el Gobierno y que prevé digitalizar las aulas de los alumnos a partir de 5º de Primaria está dando mucho que hablar, sobre todo por la incertidumbre de si este año habrá ordenadores para todos los niños de 5º, como prometió el Gobierno. Parece difícil, pero no es esto lo que más preocupa a los profesores, los encargados de dar forma a este proyecto. Ellos tienen otra petición: formación. La semana pasada, la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE) realizó unas jornadas para valorar los impactos de la digitalización de las aulas.
Una de las conclusiones fue que la formación adecuada de los profesores es condición indispensable para la evolución del plan, que por supuesto debe ir acompañada de equipamientos y acceso a la Red. Antonio Pérez Sanz, director del Instituto Tecnológico Educativo (ITE), dependiente del Ministerio de Educación, afirmó que, pese a que el 60% de los profesores usan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en sus clases, uno de cada tres reconoce que no sabe usarlas desde una perspectiva docente.
Pérez defendió la existencia de cursos de formación: "Alrededor de 14.000 se han apuntado a las últimas ofertas". Eduardo Picón, miembro del grupo de psicología de la Universidad de Santiago de Compostela, afirmó que las demandas del profesorado, según un estudio realizado para ANELE y presentado en mayo pasado, no van hacia la realización de cursos sino hacia un cambio de enfoque. "Percibimos de los profesores sienten que los cambios se hacen a espaldas de ellos, que son quienes más los sufren", dijo Picón.
Carles Sigalés, de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC), también resaltó la incapacitación de los docentes (el 58% usa las TIC ocasionalmente o nunca) para realizar actividades escolares específicamente diseñadas para las nuevas tecnologías y para encargar este tipo de trabajos a los alumnos. Por ejemplo, los alumnos usan las TIC para buscar información con la que hacer sus trabajos de clase, y los profesores se apoyan en Internet para buscar información para su exposición; pero aún estamos lejos de la creación de blogs para las asignaturas o la creación de grupos de trabajo o corrección de actividades en la Red. Como dato, Sigalés aseguró que menos del 14% de los profesores utiliza las TIC para innovar en aspectos docentes u organizativos. En consecuencia, según el profesor, la mayoría de los alumnos aún no se aprovecha de aquellos usos de las TIC que mejor le podrían ayudar en su proceso de aprendizaje.
Pérez concluyó que es necesario un cambio en el modelo y quizás, revisar el concepto de "hora lectiva" (de 50 o 60 minutos) para adaptarlas a la situación nueva que no puede medir los tiempos de la misma manera
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